Metodologías de gestión de proyectos en Costa Rica: Aplicaciones ágiles y tradicionales en el sector TI



Metodologías de Gestión de Proyectos en Costa Rica para TI

Introducción

En la gestión de proyectos, especialmente en el ámbito de las tecnologías de la información (TI), existe una variedad de metodologías que guían cómo planificar, ejecutar y controlar los proyectos. Estas metodologías van desde enfoques tradicionales o predictivos (como Waterfall o las guías del PMBOK® del PMI) hasta enfoques ágiles (como Scrum o Kanban), además de esquemas híbridos que combinan elementos de ambos. Cada metodología ofrece principios y prácticas distintas, y su adopción depende del contexto organizacional y del tipo de proyecto. En Costa Rica, al igual que a nivel global, se utilizan múltiples metodologías de gestión de proyectos; sin embargo, ciertas metodologías han ganado especial popularidad en el país en el contexto de proyectos informáticos y digitales, como Scrum y la guía PMI/PMBOK® (UNA, 2023). Esta investigación profundiza en las principales metodologías de proyectos, con énfasis en las más usadas en Costa Rica, presenta casos concretos de aplicación local (en instituciones públicas, universidades y empresas privadas), discute las ventajas y desventajas de cada enfoque en el contexto costarricense –incluyendo adaptaciones híbridas–, analiza tendencias actuales y desafíos en proyectos digitales, compara enfoques predictivos vs. ágiles en el país, y destaca el rol de la formación profesional y las certificaciones en esta materia.

Principales metodologías de gestión de proyectos

Existen numerosas metodologías y marcos para gestionar proyectos. En términos generales, se pueden agrupar en metodologías tradicionales (predictivas), metodologías ágiles (adaptativas) y enfoques híbridos que mezclan elementos de ambos. A continuación, se describen las más destacadas, con especial énfasis en su uso en Costa Rica:

  • Waterfall (Cascada): Es un modelo secuencial y predictivo, donde el proyecto se divide en fases lineales (análisis, diseño, desarrollo, pruebas, etc.) que se completan una tras otra. Cada fase produce entregables definidos y la planificación inicial fija el alcance, costo y cronograma del proyecto. Su nombre proviene de la analogía de una cascada, ya que el flujo de trabajo avanza hacia abajo de una etapa a la siguiente sin retroceder. La metodología tradicional en cascada ha sido ampliamente utilizada en todo tipo de industrias por su estructura clara y control –por ejemplo, es común en proyectos gubernamentales donde se requiere una planificación detallada y documentación extensiva–(UNA, 2023). No obstante, presenta limitaciones en entornos de alta incertidumbre: cambios en los requisitos posteriores son difíciles de acomodar y existe riesgo de entregar un producto que ya no satisfaga al cliente si las necesidades evolucionaron durante el largo ciclo de desarrollo (Tai, L. J., & Sánchez, Ó. J, 2020). En Costa Rica, al igual que en otros países, el enfoque waterfall ha sido tradicionalmente adoptado en proyectos públicos de infraestructura y en iniciativas de TI de gran escala en instituciones que privilegian el control administrativo y la predictibilidad sobre la flexibilidad. Por ejemplo, las guías oficiales de formulación de proyectos del gobierno costarricense históricamente se basan en etapas secuenciales bien definidas (perfil, preinversión, ejecución, etc.), reflejando la influencia del enfoque en cascada.
  • PMBOK® / PMI (Metodología PMI): Más que una metodología concreta, el PMBOK® (Project Management Body of Knowledge) es un compendio de mejores prácticas y áreas de conocimiento recopiladas por el Project Management Institute. Sirve de base para metodologías predictivas empleadas por gerentes de proyecto certificados (PMP®). En Costa Rica, la influencia del PMI es significativa: el PMI Costa Rica Chapter existe desde 2001 para fomentar la disciplina de dirección de proyectos en el país (UNA, 2023). Muchas organizaciones costarricenses (ministerios, empresas estatales y privadas) utilizan lineamientos del PMI/PMBOK® como estándar para gestionar proyectos tradicionales, adaptándolos a su realidad. Un ejemplo es el Mercado de Valores de Costa Rica (MVCR), cuyo departamento de TI desarrolló una metodología interna basada en las mejores prácticas del PMBOK®, “tropicalizando” esos elementos a las necesidades de la empresa local (Sánchez, 2023). Esto les permitió madurar sus procesos de proyecto de forma equilibrada y flexible, ajustando la robusta estructura del PMI a la cultura organizacional costarricense (Sánchez, 2023). En el sector público, el PMI y la Asociación Internacional de Dirección de Proyectos (IPMA) han colaborado con entidades gubernamentales; por ejemplo, en 2018 el Ministerio de Planificación (MIDEPLAN) organizó un evento donde múltiples instituciones públicas compartieron experiencias en gerencia de proyectos con el apoyo de PMI e IPMA. Ventajas de seguir el enfoque PMI/PMBOK® incluyen un marco común y ordenado para planificar integradamente alcance, tiempo, costo, calidad, riesgos, etc., lo cual es beneficioso para proyectos grandes que requieren alineamiento con normas y controles (muy relevante en el contexto local gubernamental y financiero). Asimismo, Costa Rica cuenta con una creciente comunidad de profesionales certificados: más de 1.400 profesionales costarricenses poseen la certificación PMP® del PMI (Tounsi, 2023), lo que evidencia la penetración de estas prácticas. Como desventaja, una gestión estrictamente apegada al PMBOK® puede resultar burocrática y poco adaptable al cambio; en proyectos TI locales ágiles, se le critica su exceso de documentación y la lentitud para entregar valor temprano. Por ello, muchas organizaciones han optado por combinar los estándares PMI con técnicas ágiles, moviéndose hacia metodologías híbridas.
  • Scrum: Es un marco de trabajo ágil sumamente popular en el desarrollo de software. Scrum propone trabajar en iteraciones cortas (sprints) con entregas incrementales de producto, involucrando constantemente al cliente y adaptándose a los cambios de requerimientos sobre la marcha (Tai, L. J., & Sánchez, 2020). Los equipos Scrum asumen roles específicos (Scrum Master, Product Owner, Equipo de Desarrollo) y se auto-organizan para alcanzar objetivos de cada sprint. A nivel mundial, Scrum se ha convertido en “el marco ágil de trabajo más usado en el desarrollo de software”. En Costa Rica, Scrum es la metodología ágil predominante en proyectos TI, al punto que suele equipararse el concepto de “agilidad” con la práctica de Scrum. Una publicación local señala que “Scrum es a Agile en Costa Rica como una hoja es a un cuaderno”, en alusión a que Scrum es la pieza más reconocible del conjunto de marcos ágiles en el país (Tai, L. J., & Sánchez, 2020). Empresas de desarrollo de software, tanto multinacionales establecidas en Costa Rica como startups tecnológicos, emplean Scrum para gestionar sus proyectos debido a la necesidad de flexibilidad y rapidez en la entrega de soluciones. Por ejemplo, la empresa Novacomp (consultora TI costarricense) promueve fuertemente Scrum y ha observado cómo este marco mejora la eficiencia en sus proyectos y en los de sus clientes internacionales (Novacomp, 2020). También organizaciones tradicionales están incursionando en Scrum: Correos de Costa Rica (empresa estatal de correos) recientemente analizó la implementación de enfoques ágiles (basados en Scrum/Kanban) para sus proyectos de cooperación internacional, buscando modernizar la gestión interna. Ventajas de Scrum en el contexto costarricense incluyen una mayor adaptabilidad a cambios del entorno (útil en proyectos digitales donde requisitos pueden evolucionar), la entrega continua de valor al usuario y la mejora en la comunicación cliente-equipo (reduciendo malentendidos). Los equipos locales que usan Scrum reportan mayor motivación y sentido de pertenencia, dado que participan activamente en el proceso y ven resultados frecuentes. Entre las desventajas, Scrum requiere equipos altamente disciplinados y comprometidos; si la cultura organizacional es muy jerárquica o resistente al cambio (como puede suceder en instituciones más tradicionales), la adopción de Scrum enfrenta obstáculos. Asimismo, Scrum no prescribe procesos detallados, por lo que sin la debida capacitación puede haber implementaciones superficiales (“agile de nombre”) que fallen. Otro reto local es escalar Scrum más allá de un equipo pequeño: en proyectos grandes, las organizaciones deben considerar frameworks adicionales (por ejemplo, Scaled Agile Framework, SAFe) para coordinar múltiples equipos, algo que apenas comienza a explorarse en Costa Rica.
  • Kanban: Originalmente desarrollado en Toyota para la manufactura, Kanban es un método ágil/lean enfocado en la gestión visual del flujo de trabajo. Utiliza un tablero con tarjetas que representan tareas, moviéndose por columnas que reflejan estados (p. ej. Por Hacer, En Proceso, Hecho) (Tai, L. J., & Sánchez, 2020). Kanban promueve la entrega continua y la mejora gradual, limitando el trabajo en progreso para optimizar la productividad. En proyectos de TI en Costa Rica, Kanban se usa frecuentemente en equipos de mantenimiento, soporte o DevOps, donde llega trabajo de manera continua y se necesita priorizar dinámicamente. Muchas empresas complementan Scrum con Kanban (un enfoque híbrido llamado Scrumban) para gestionar tanto iteraciones como tareas imprevistas. Ventajas: Kanban es sencillo de implementar, provee transparencia instantánea del estado del proyecto y es flexible para flujos de trabajo cambiantes. Herramientas digitales populares en Costa Rica como Trello o Jira (muy utilizadas por equipos remotos o distribuidos) se basan en tableros Kanban (Tai, L. J., & Sánchez, 2020). Esto ha facilitado su adopción, incluso fuera del sector puramente tecnológico (por ejemplo, para seguimiento de iniciativas en departamentos de mercadeo o recursos humanos). Desventajas: Kanban no define roles ni rituales específicos, por lo que puede carecer de la estructura que ofrecen metodologías como Scrum; esto implica que su eficacia depende mucho de la autodisciplina del equipo. En entornos locales donde se espera seguimiento formal, Kanban por sí solo podría verse como insuficiente si no se combina con prácticas de planificación y control adicionales. También, sin límites temporales fijos (sprints), existe el riesgo de que las tareas se alarguen indefinidamente si el equipo no se auto-gestiona bien.
  • Lean: El pensamiento Lean no es una metodología única, sino un conjunto de principios enfocados en maximizar valor y minimizar desperdicio. En gestión de proyectos TI, lean inspira prácticas como Lean Software Development y el movimiento Lean Startup. En Costa Rica, Lean Startup ha cobrado relevancia en el ecosistema emprendedor y de innovación; por ejemplo, se han organizado eventos de Lean Startup Night y talleres para startups locales, promoviendo iterar rápidamente prototipos y validar supuestos de negocio con clientes reales (AED, 2019). Incluso el sector público ha incorporado metodologías lean: en 2021 MIDEPLAN impulsó un proyecto de innovación con el Grupo ICE (la empresa eléctrica y de telecomunicaciones estatal) que capacitó en metodologías ágiles como Lean Startup y product management, para afrontar desafíos de transformación digital en ese entorno corporativo (MIDEPLAN, 2018). Ventajas: Lean aporta una cultura de mejora continua y enfoque en valor que complementa muy bien a Scrum/Kanban. Equipos costarricenses que adoptan Lean tienden a revisar constantemente sus procesos para eliminar pasos innecesarios, lo que mejora la eficiencia. Por ejemplo, en proyectos humanitarios internacionales con participación de Costa Rica, se han implementado principios ágiles junto con metodología Lean de mejora de procesos en cadenas de suministro, logrando responder más ágilmente a las exigencias de los donantes. Desventajas: Lean, por ser un conjunto de principios generales, puede ser difuso si la organización no lo entiende bien – a veces se intenta aplicar “filosofía lean” sin herramientas concretas, obteniendo pocos resultados. También, alcanzar los beneficios lean puede implicar un cambio cultural profundo (orientado a calidad, eliminación de “desperdicios” en tiempo o esfuerzo) que no ocurre de la noche a la mañana. Algunas empresas locales adoptaron prácticas lean (p.ej. manufactura esbelta en industrias) con éxito, pero trasladar esos mismos principios al desarrollo de software requiere coaching y compromiso gerencial.
  • Cadena Crítica (CCPM): La Método de la Cadena Crítica es una aproximación derivada de la Teoría de las Restricciones (TOC) formulada por Eliyahu Goldratt. Se enfoca en gestionar proyectos considerando las restricciones de recursos y añadiendo colchones de tiempo en la ruta crítica para proteger la fecha final. Aunque CCPM no es tan ampliamente difundida como PMI o Scrum, ha tenido atención académica en Costa Rica. Investigaciones locales han analizado su efectividad, por ejemplo en proyectos de construcción e ingeniería civil (Aguilar, 2009). Ventajas: CCPM puede reducir tiempos y mejorar la fiabilidad en la entrega de proyectos multi-proyecto o con recursos compartidos, algo relevante en industrias donde un mismo equipo maneja varios proyectos (situación común en empresas medianas locales). También ayuda a evitar la multitarea excesiva y enfoque disperso. Desventajas: es una metodología compleja de implementar sin una capacitación adecuada; requiere cambiar paradigmas de planificación tradicionales, por lo que su adopción en Costa Rica ha sido limitada principalmente a consultores especializados o a nivel teórico. Pocas organizaciones reportan usar CCPM de forma sostenida, en parte porque las herramientas de software comerciales y la formación en este método son menos accesibles que las de PMI o Scrum. No obstante, algunas empresas de consultoría y profesionales independientes en el país ofrecen capacitación en Cadena Crítica como una forma de mejorar la puntualidad y control de proyectos (por ejemplo, webinars y cursos promovidos por consultores locales enfatizan que CCPM puede ayudar a “entregar siempre a tiempo, por debajo del presupuesto”). En la práctica, muchas organizaciones costarricenses con problemas de retrasos han optado más bien por mejorar sus procesos con técnicas ágiles o de PMBOK, quedando CCPM como una alternativa aún poco explorada.
  • Metodologías híbridas: Dada la diversidad de proyectos y requerimientos, es común encontrar enfoques mixtos en la realidad costarricense. Las metodologías híbridas combinan elementos predictivos y ágiles para adaptarse mejor al contexto. Por ejemplo, una empresa puede mantener el esquema de fases y control de alcance/costo del PMI (por exigencias contractuales o regulatorias), pero ejecutar la fase de desarrollo con Scrum para mayor adaptabilidad. Muchos proyectos de TI en el país transcurren con esta dualidad: reportes formales y cronogramas macro tipo waterfall hacia la gerencia o el cliente, mientras que el equipo técnico internamente trabaja en iteraciones ágiles. Esta tendencia también se refleja en la oferta académica local: la Universidad Nacional ofrece cursos que describen metodologías híbridas más eficientes para gestión de proyectos de desarrollo, reconociendo que no siempre un solo enfoque puro funciona (Jiménez, 2019). Ventajas: un enfoque híbrido bien ejecutado aprovecha lo mejor de ambos mundos, ofreciendo predictibilidad en alto nivel y flexibilidad en la ejecución diaria. En Costa Rica, esto ha resultado útil en proyectos públicos de TI, donde se exige un plan inicial aprobado (presupuesto, alcance) pero luego se permite iterar entregables modulando el alcance conforme a prioridades cambiantes. Desafíos/Desventajas: diseñar una metodología híbrida efectiva no es trivial; puede degenerar en confusión si no se delimitan claramente qué partes serán ágiles y cuáles seguirán proceso tradicional. A veces, los equipos terminan cargando con doble trabajo (documentar como waterfall y trabajar como agile), perdiendo los beneficios de ambos enfoques. Pese a ello, la hibridación es una realidad creciente en la gestión de proyectos costarricenses, impulsada por la necesidad de cumplir con estándares de auditoría a la vez que se innova rápidamente.

Casos de aplicación en Costa Rica

La adopción de estas metodologías en Costa Rica se evidencia en diversos casos concretos en el sector público, académico y privado:

  • Instituciones públicas: El gobierno de Costa Rica, a través de MIDEPLAN y otras entidades, ha mostrado interés en modernizar la gestión de proyectos. Un caso destacado fue el Encuentro de Gerencia de Proyectos 2018 organizado por MIDEPLAN, donde ministerios y entes públicos compartieron sus experiencias aplicando metodologías de proyecto, con la presencia de expertos de PMI e IPMA (Jiménez, 2019). Este evento señaló el compromiso institucional de mejorar las prácticas de proyectos. En proyectos públicos de TI, tradicionalmente se usaba la metodología en cascada; sin embargo, hay esfuerzos recientes por introducir agilidad. Por ejemplo, la creación de la Agencia Nacional de Gobierno Digital (ANGD) en 2022 busca acelerar la transformación digital del Estado, y aunque sus lineamientos formales están en desarrollo, se espera que incorpore enfoques ágiles para entregar resultados más rápidos en servicios públicos. Otro caso es el Grupo ICE, cuya colaboración con MIDEPLAN y la Cooperación alemana (GIZ) en 2021 implicó un proyecto de innovación donde se capacitaron equipos de ICE en Lean Startup y metodologías ágiles para resolver retos internos (MIDEPLAN, 2018). Asimismo, el Ministerio de Hacienda en su programa “Hacienda Digital” ha explorado la contratación de desarrollos ágiles. A nivel municipal, algunas municipalidades han recibido consultorías para aplicar Scrum en proyectos de sistemas de información locales, aunque de forma incipiente.
  • Universidades y academia: Las universidades costarricenses han jugado un rol clave tanto en formar profesionales certificados como en investigar la aplicación de metodologías. La Universidad para la Cooperación Internacional (UCI) fue pionera con su Maestría en Administración de Proyectos, la cual desde hace años inculca las prácticas del PMI en cientos de graduados de la región. En el Tecnológico de Costa Rica (TEC, 2025) y la Universidad de Costa Rica (UCR) también se ofrecen posgrados en Gerencia de Proyectos y cursos de educación continua sobre metodologías ágiles. Por ejemplo, el TEC imparte un curso de Gestión ágil de proyectos con Scrum, que proporciona una base sólida en Scrum para profesionales de diversas áreas. De igual forma, universidades privadas como la Universidad Cenfotec, Fidélitas o Lead University ofrecen programas orientados a Scrum Master y certificaciones ágiles como Cenfotec o Fundepos. En cuanto a investigación, múltiples tesis universitarias se han enfocado en casos de proyectos costarricenses: Jiménez Marín (2019) realizó un caso de estudio de Scrum en Costa Rica evaluando sus resultados en entornos locales (Jiménez, 2019); Campos (2023) propuso la implementación de pensamiento ágil en Correos de Costa Rica S.A., adaptando Scrum/Kanban a proyectos de cooperación internacional de esa entidad (Jiménez, 2019); Sánchez (2023) diseñó una metodología basada en PMBOK® para el departamento de TI de MVCR, ya mencionado (Sanchez, 2023). Estos estudios académicos ofrecen evidencia de cómo se están adoptando y ajustando las metodologías en el país. Por ejemplo, la tesis de Campos (2023) concluye que la introducción de principios ágiles en una institución tradicional como Correos de CR puede acelerar la ejecución de iniciativas de desarrollo y mejorar la colaboración entre actores (Jiménez, 2019), aunque recomienda una estrategia de gestión del cambio y capacitación para superar la resistencia inicial.
  • Empresas privadas: El sector privado, en particular las empresas de tecnología y servicios globales establecidos en Costa Rica han sido punta de lanza en uso de metodologías modernas. Compañías multinacionales de desarrollo de software con operaciones en el país (Intel, HP, IBM, Oracle, etc.) trajeron desde hace más de una década las prácticas ágiles a sus centros de servicios, inculcando la cultura Scrum en sus equipos locales. También empresas costarricenses de software como Avantica, Tecapro, Novacomp, etc., compiten internacionalmente y por tanto adoptaron ágil para cumplir con estándares globales. Un ejemplo notable es Novacomp, que no solo aplica Scrum internamente sino que logró la certificación como Scaled Agile Partner, lo que la faculta para ofrecer consultoría en marcos ágiles escalados; Novacomp sostiene que esa mentalidad ágil (más allá de Scrum) es clave para el éxito continuo en proyectos tecnológicos (Tai, L. J., & Sánchez 2020). En el sector financiero, bancos como BAC Credomatic o Davivienda han implementado oficinas de proyectos ágiles para desarrollar sus aplicaciones móviles y servicios digitales, combinando gobernanza tradicional con células Scrum. Por otro lado, empresas industriales y de construcción en Costa Rica han incorporado Lean Six Sigma y métodos de Cadena Crítica en gestión de portafolios de proyectos de mejora, aunque de forma menos visible. Un caso interesante fue Cooperativa Dos Pinos (del sector alimentario) que reportó mejoras en la entrega de sus proyectos de TI aplicando un modelo híbrido: usaron Scrum para desarrollo de software interno, pero manteniendo control PMI para alinearlo a su PMO corporativa. En general, las empresas privadas locales tienden a ser pragmáticas: adoptan la metodología que mejor se ajuste al proyecto y al cliente. Muchas consultoras ofrecen servicios especializados en metodologías: por ejemplo, Proyectum Costa Rica entrena equipos en prácticas PMI y ágiles; algunas firmas ofrecen coaching Scrum para empresas en transición. Este ecosistema privado ha generado también comunidades: la Agile Costa Rica Community organiza conferencias anuales (hubo un Agile CR 2022 con invitados internacionales) y meetups donde decenas de practicantes comparten lecciones aprendidas. Todos estos casos reafirman que las metodologías de proyectos no son teoría distante, sino parte del quehacer diario en organizaciones costarricenses de diversos sectores.

Ventajas y desventajas en el contexto local

Cada metodología de proyectos aporta beneficios particulares y enfrenta retos al aplicarse en Costa Rica, en especial en proyectos de TI. A continuación, se resumen ventajas y desventajas de las metodologías más utilizadas, considerando el contexto local:

  • Waterfall / Tradicional predictiva:
    Ventajas: proporciona orden y claridad desde el inicio; roles y responsabilidades bien definidos; facilita la gestión de expectativas con la alta gerencia y entes externos mediante planes detallados; encaja con requerimientos de contratación pública (licitaciones) donde se deben presentar alcances, cronogramas y costos fijos por adelantado. Es útil cuando los requisitos son estables y el entorno es regulado (ej.: proyectos de gobierno, sector construcción) (Jiménez, 2019).
    Desventajas: poca flexibilidad ante cambios – en proyectos TI donde las necesidades cambian rápido, el modelo rígido puede llevar a entregar productos obsoletos; falta de retroalimentación temprana del cliente (que en Costa Rica ha sido causa de fallos en sistemas gubernamentales que al terminar ya no cumplían el objetivo). Los largos ciclos sin entregas parciales pueden derivar en desperdicio de tiempo y recursos si el proyecto es cancelado a mitad camino. Asimismo, la excesiva burocracia en documentación puede ralentizar la innovación en entornos empresariales dinámicos (Tai, L. J., & Sánchez, 2020).
  • PMBOK®/PMI:
    Ventajas: reconocido internacionalmente, provee un lenguaje común de gestión de proyectos; su uso en Costa Rica ha profesionalizado la disciplina – muchas organizaciones han reportado mejoras al implementar oficinas de proyectos (PMO) basadas en PMI para estandarizar procesos. Ayuda a gestionar riesgos y comunicación de forma integral, reduciendo improvisación. Además, al haber tantos PMPs en el país, es fácil encontrar profesionales capacitados para liderar proyectos complejos con este enfoque (Tounsi, 2023).
    Desventajas: aplicado de forma estricta puede burocratizar los proyectos, con exceso de formularios, plantillas y reportes que consumen tiempo sin agregar valor inmediato. En cultura local, a veces se confunde “seguir PMI” con llenar documentos, perdiendo foco en resultados. Otro punto: el PMI tradicional enfatiza plan base, lo cual choca con proyectos TI innovadores donde el plan se va descubriendo; esto ha llevado a que algunas implementaciones PMI fracasen al no poder ajustarse – de ahí que la Guía PMBOK® en ediciones recientes incorpora adaptaciones ágiles, pero su adopción parcial sigue siendo un reto en entornos acostumbrados a rigidez.
  • Scrum:
    Ventajas: flexibilidad y rapidez en la entrega de valor; mayor involucramiento del cliente (que puede ver avances en cada sprint y ajustar requisitos); mejora la calidad del producto mediante iteraciones con retroalimentación constante (Tai, L. J., & Sánchez). En Costa Rica, equipos Scrum han logrado reducir los tiempos de desarrollo de software y aumentar la satisfacción del usuario final, por ejemplo, en startups fintech locales que lanzan actualizaciones de sus apps cada pocas semanas en lugar de grandes versiones anuales. Scrum también fomenta el trabajo en equipo autogestionado, algo que encaja bien con la cultura costarricense colaborativa, motivando a los miembros a aportar ideas y ser creativos.
    Desventajas: requiere una madurez del equipo y de la organización – sin apoyo gerencial, los equipos Scrum pueden topar con bloqueos (p.ej., si la gerencia sigue pidiendo cronogramas rígidos o cambios abruptos fuera de sprint). Implementaciones superficiales de Scrum (solo adoptar las reuniones, pero no los principios ágiles) pueden llevar al “agile teatro” sin lograr beneficios reales. Algunas organizaciones reportan dificultad para escalar Scrum más allá de proyectos piloto; coordinar múltiples equipos Scrum (por ejemplo, en un banco grande) es complejo sin un marco adicional, lo que puede generar caos si no se gestiona bien. Adicionalmente, hay escasez de Scrum Masters experimentados en el mercado local – muchos obtienen la certificación, pero carecen de experiencia práctica, por lo que no todos los equipos reciben la guía experta que necesitan.
  • Kanban:
    Ventajas: muy fácil de adoptar progresivamente – equipos pueden empezar visualizando su trabajo en un tablero sin cambiar drásticamente su proceso. Kanban mejora la transparencia y la concentración en terminar tareas antes de iniciar nuevas, combatiendo la multitarea excesiva. En entornos costarricenses de soporte TI (mesas de servicio, centros de operaciones de red), Kanban ha resultado eficaz para manejar colas de tickets manteniendo tiempos de respuesta controlados. Es compatible con la cultura de mejora continua; equipos locales suelen tener “reuniones Kaizen” para ajustar políticas WIP (trabajo en curso) y flujos, lo que incrementa paulatinamente la productividad.
    Desventajas: por sí solo, Kanban no provee una estructura temporal ni un sentido de urgencia que empuje al equipo, por lo que puede haber inercia si el liderazgo no monitorea activamente el flujo. Algunos equipos han reportado que sin deadlines (como las que impone Scrum), ciertas tareas tienden a dilatarse. También, Kanban se enfoca en flujo de tareas individuales pero no en visión de conjunto del producto; puede requerir complementarse con eventos de planificación o visión de producto que el método no define. En organizaciones locales muy acostumbradas a la planificación tradicional, Kanban puede parecer “demasiado abierto” o poco formal, generando inicialmente escepticismo entre los directivos.
  • Lean:
    Ventajas: aporta una mentalidad de eficiencia que beneficia a cualquier metodología. En proyectos digitales en Costa Rica, aplicar principios lean (por ejemplo, realizar MVP –producto mínimo viable– para probar hipótesis rápidamente) ha ahorrado recursos a startups que de otra forma hubieran invertido en funcionalidades no deseadas por el mercado. Lean inculca eliminar actividades que no agregan valor: varias empresas locales han simplificado trámites internos en sus proyectos gracias a esto (p. ej., reduciendo pasos de aprobación innecesarios). En términos de calidad, las técnicas lean (como Kaizen, mejora continua diaria) ayudan a que los equipos corrijan problemas de proceso de inmediato, elevando la calidad de entregables.
    Desventajas: la implantación de Lean puede toparse con resistencia cultural, ya que implica que todos (desde operarios hasta gerentes) cuestionen continuamente el status quo. En entornos donde “siempre se ha hecho así”, introducir lean requiere un cambio gerencial decidido. Además, medir el impacto de Lean a veces es difícil a corto plazo, lo que puede desanimar a la dirección si no ven resultados tangibles rápidos. Algunas iniciativas lean en Costa Rica se han quedado en capacitaciones puntuales sin continuidad, porque no se asignaron dueños claros para impulsar los cambios. Finalmente, Lean no es una receta paso a paso; si la empresa no cuenta con expertos que guíen su adopción, corre el riesgo de malinterpretar sus prácticas (por ejemplo, mal usar indicadores, eliminar costos de forma indiscriminada en vez de optimizar procesos).
  • Cadena Crítica (CCPM):
    Ventajas: permite acortar la duración de proyectos al gestionar de forma inteligente los buffers de tiempo, y reduce significativamente los retrasos sistémicos cuando los recursos están multitareas. En proyectos costarricenses donde se ha simulado su aplicación (p. ej. construcción), se halló que CCPM podría disminuir las holguras improductivas y mejorar la confiabilidad de las fechas de entrega (Aguilar, 2009). Otra ventaja es que enfatiza la priorización de la tarea crítica actual y elimina el síndrome del estudiante (postergar el inicio hasta último momento), lo cual encaja bien en culturas donde a veces las entregas se hacen corriendo al final; con CCPM se busca un trabajo más nivelado.
    Desventajas: es relativamente desconocida para muchos profesionales – a diferencia de PMI o Scrum, CCPM no es parte del currículo estándar en la mayoría de los programas locales (salvo en cursos especializados). Su adopción requiere una transformación significativa en cómo se planifican los proyectos, implicando confianza en nuevos indicadores (buffers) que a algunos gerentes tradicionales les cuesta aceptar. La falta de herramientas user-friendly ha sido otro factor: aunque existen complementos para Microsoft Project y otros softwares, pocas empresas en Costa Rica los poseen o saben usarlos. Por ello, incluso conociendo teóricamente sus beneficios, muchos optan por métodos más familiares. CCPM además se orienta principalmente a proyectos con recursos limitantes claros; en entornos muy cambiantes o creativos (como desarrollo de software ágil) no suele aplicarse, por lo que tiene un nicho de uso más restringido.
  • Enfoques híbridos:
    Ventajas: se adaptan a la realidad específica del proyecto y la organización. En Costa Rica, los enfoques híbridos han logrado lo mejor de dos mundos en varios casos: por ejemplo, en un gran proyecto de sistema para una entidad pública, se usó planificación tipo PMI para obtener presupuesto del gobierno, pero la empresa desarrolladora operó en sprints Scrum para construir el sistema; el resultado fue cumplir con la formalidad requerida sin sacrificar agilidad en la ejecución. Híbridos bien diseñados brindan estabilidad (con entregables mayores planificados) y flexibilidad (con iteraciones cortas para ajustar detalles), lo que es muy valorado por clientes locales que quieren certidumbre pero al mismo tiempo un producto final que responda a sus necesidades cambiantes.
    Desventajas: si no se gestionan cuidadosamente, los híbridos pueden incurrir en ineficiencias: equipos que deben preparar dos tipos de reportes (ágil y tradicional), o confusión sobre la autoridad (ej., el Product Owner ágil vs. el Gerente de Proyecto tradicional pueden chocar si no se definen límites). También existe el riesgo de caer en una implementación a medias de ambos enfoques: ni se planifica rigurosamente al inicio (lo que deja vacíos para la alta dirección), ni se permite verdadera auto-organización (lo que desmotiva al equipo ágil). Para pequeñas empresas costarricenses con recursos limitados, intentar abarcar dos metodologías podría ser oneroso; a veces es mejor elegir una predominante y complementarla ligeramente. En suma, la hibridación requiere madurez organizacional para sacar provecho; no es una panacea automática, pero bien llevada ha demostrado ser efectiva en el contexto local.

Tendencias actuales y desafíos en proyectos digitales

En la actualidad, la gestión de proyectos digitales y tecnológicos en Costa Rica se caracteriza por tendencias claras y también por desafíos importantes:

  • Aumento de la adopción de metodologías ágiles: La transformación digital acelerada (impulsada en parte por la pandemia COVID-19) obligó a muchas organizaciones a ser más ágiles. En Costa Rica, se observa una mayor aceptación de Agile más allá del sector tecnológico tradicional. Equipos de marketing, educación y hasta ONGs están aplicando principios ágiles para gestionar su trabajo y proyectos sociales (Jiménez, 2019). El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha difundido material en la región (incluyendo Costa Rica) sobre cómo las metodologías ágiles pueden emplearse en proyectos de desarrollo social para acelerar resultados (PNUD, 2025). Esta transversalización de Agile es una tendencia positiva, ya que promueve la colaboración interdisciplinaria y la entrega temprana de beneficios en proyectos públicos y privados.
  • Hibridación y flexibilidad metodológica: Las organizaciones están menos dogmáticas en seguir una sola metodología; por el contrario, la combinar enfoques se ha vuelto común. Se habla de “fit-for-purpose”, es decir, utilizar la herramienta de gestión que mejor se ajusta a cada proyecto. Por ejemplo, empresas de desarrollo de software locales podrían usar Scrum para proyectos de creación de producto nuevo, pero quizás usen Kanban para proyectos de mantenimiento evolutivo, y Waterfall/PMBOK® para proyectos muy contractualizados con terceros. Esta capacidad de adaptación metodológica es tendencia, pero implica el reto de capacitar a los equipos en múltiples marcos para que puedan moverse con facilidad entre ellos. Un desafío asociado es mantener la coherencia en la organización: si cada proyecto usa un método distinto, la PMO debe asegurarse de tener indicadores y gobernanza que permitan comparar y controlar el portafolio en conjunto.
  • Escalado ágil en grandes organizaciones: Varias corporaciones costarricenses y entidades gubernamentales se encuentran explorando cómo escalar las prácticas ágiles más allá de equipos individuales. Esto se alinea con tendencias globales de Agile at Scale. En el país han sonado frameworks como SAFe (Scaled Agile Framework) o LeSS, principalmente introducidos vía consultorías internacionales o por casas matrices de multinacionales. Por ejemplo, Intel Costa Rica adoptó en ciertas áreas un modelo ágil escalado alineado con las prácticas globales de Intel, coordinando múltiples equipos Scrum en releases trimestrales. Similarmente, bancos grandes están implementando estructuras tipo tribus y escuadrones (inspiradas en el modelo de Spotify) para reorganizarse internamente. El desafío aquí es romper silos organizacionales muy arraigados; no es solo un cambio de procesos, sino de estructura y cultura. Muchas iniciativas de escalado ágil enfrentan resistencias de mandos medios que ven difusas sus responsabilidades en el nuevo esquema. Además, adaptar esos frameworks al contexto tico (de menor escala que las empresas de EE. UU. o Europa para las que fueron concebidos) requiere ajuste: por ejemplo, SAFe propone roles dedicados de Release Train Engineer, etc., pero en Costa Rica una empresa mediana podría no tener suficiente personal para crear tantos roles especializados, teniendo que simplificar el modelo.
  • Transformación digital gubernamental: Costa Rica apuesta por la digitalización de trámites y servicios al ciudadano (gobierno digital). Esto conlleva proyectos tecnológicos de gran envergadura que demandan metodologías eficaces. La Estrategia de Transformación Digital Costa Rica del MICITT (Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones) ha establecido lineamientos para que las instituciones adopten buenas prácticas en sus proyectos de TI. Una tendencia incipiente es que los contratos de desarrollo de software gubernamental comienzan a incluir cláusulas para metodologías ágiles (como pagos por sprint completado, o participación del usuario final durante el desarrollo), algo antes inusual. No obstante, uno de los mayores desafíos es conciliar las metodologías ágiles con la normativa de contratación pública, que sigue demandando presupuestos y alcances fijos. La rigidez legal puede chocar con la naturaleza iterativa del agile. Para superar esto, se están explorando contratos flexibles y proyectos piloto bajo regímenes de excepción donde se pueda probar enfoques ágiles sin incumplir leyes financieras. Este cambio será gradual, pero necesario para que el Estado logre sus metas de modernización con menos proyectos fallidos.
  • Herramientas digitales y trabajo remoto: La pandemia popularizó el teletrabajo en Costa Rica, especialmente en TI. Como resultado, el uso de herramientas de colaboración en línea (Teams, Slack, Jira, Trello, Asana, etc.) se disparó. Estas herramientas incorporan por defecto tableros Kanban, seguimiento de tareas y reportes, facilitando la adopción de metodologías ágiles y el seguimiento de proyectos en tiempo real. La tendencia es que los equipos distribuidos aprovechen estas plataformas para mantener la transparencia y coordinación. Un desafío asociado es el mantenimiento de la cohesión de equipo y la comunicación efectiva en entornos virtuales. Las metodologías ágiles ponen mucho énfasis en la interacción cara a cara; la adaptación a interacciones virtuales requirió ajustes (por ejemplo, realizar dailys por videoconferencia, retrospectivas en línea usando herramientas interactivas, etc.). Hasta ahora, muchas empresas de desarrollo de software en Costa Rica han logrado esta transición, convirtiéndose en ejemplo de que la agilidad es posible incluso con equipos 100% remotos. No obstante, otras organizaciones menos digitalizadas han tenido dificultades para trasladar sus prácticas de gestión tradicionales a un formato virtual, evidenciando brechas en adopción de herramientas y en competencias digitales del personal.
  • Énfasis en valor y resultados rápidos: Los proyectos digitales actuales (desarrollo de apps, implementación de sistemas, etc.) enfrentan la expectativa de entregar beneficios en ciclos muy cortos debido a la rápida evolución tecnológica. En Costa Rica, los clientes –sean usuarios internos, ciudadanía o clientes comerciales– esperan ver resultados tangibles en semanas o meses, no años. Esta presión ha impuesto una tendencia hacia metodologías que aseguren quick wins. Por ende, incluso organizaciones antes reacias están probando desarrollos iterativos para mostrar prototipos o funcionalidades parciales en menor tiempo. El desafío es manejar esta aceleración sin comprometer la calidad ni la sostenibilidad del equipo. Algunas compañías reportan el riesgo de agile fatigue: ciclos tan rápidos sin respiro pueden quemar a los equipos si no se gestionan las cargas. La solución que se propone es equilibrar la velocidad con prácticas de ingeniería sólidas (DevOps, automatización de pruebas, integración continua) que soporten la entrega continua sin sacrificar calidad.

Enfoques predictivos vs. ágiles en el ámbito nacional

El debate entre enfoques predictivos (ejemplificado por Waterfall/PMI) y ágiles (Scrum/Kanban/Lean) también se manifiesta en Costa Rica, aunque cada vez más se entiende que no son mutuamente excluyentes. Tradicionalmente, los sectores más fuertes de la economía costarricense (financiero, gobierno, construcción) adoptaron enfoques predictivos debido a la naturaleza de sus proyectos: por ejemplo, construir una carretera o implementar un sistema bancario core se gestionó con planificaciones detalladas, contrato de alcance fijo y cronogramas aprobados. Estos enfoques predictivos ofrecían seguridad a los patrocinadores de que había un plan y un control estricto, algo muy valorado en culturas organizacionales formales. Por su parte, los enfoques ágiles inicialmente encontraron hogar en compañías de software y áreas creativas donde la incertidumbre y el cambio son la norma – allí destacaban por su capacidad de ajustar rumbo rápidamente y por involucrar al cliente continuamente.

En el ámbito nacional actual, se observa una convergencia: los proyectos predictivos han tratado de volverse más ágiles, incorporando fases iterativas o prototipos, mientras los proyectos ágiles han incorporado cierta planificación a mediano plazo (release planning) para alinear con expectativas de negocio. En términos comparativos:

  • Planificación y control: Los enfoques predictivos brindan una visión a largo plazo clara (utilizando herramientas como la carta Gantt y el plan de proyecto detallado), lo cual sigue siendo necesario en muchos casos. Por ejemplo, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) no puede financiar un proyecto vial sin un cronograma y presupuesto total definido. En cambio, los ágiles planifican de manera adaptativa; en sectores privados de software en Costa Rica es común decir: “no podemos predecir exactamente cuándo estará todo listo, pero entregaremos por incrementos funcionales”. Esta diferencia a veces causa tensiones con la alta gerencia o clientes acostumbrados a la certidumbre del modelo tradicional. Algunas empresas han solucionado esto mediante contratos por tiempo fijo y alcance evolutivo, donde se acuerda un periodo de trabajo agile (ej. 6 meses) y un backlog que puede ajustarse sobre la marcha – un híbrido entre contrato tradicional y flexibilidad ágil.
  • Gestión de riesgos: En metodologías predictivas, se hace un análisis de riesgos exhaustivo al inicio y se toman acciones preventivas; en ágiles, la gestión de riesgos está incorporada en la inspección continua: al final de cada sprint se reflejan problemas y se corrigen antes de avanzar demasiado. En Costa Rica, proyectos gubernamentales han sido criticados históricamente por no gestionar riesgos adecuadamente a pesar de usar enfoques tradicionales (casos de sistemas que costaron millones y no se usaron). Los proponentes ágiles argumentan que la entrega temprana de partes utilizables reduce el riesgo de fracaso total, algo muy relevante para el sector público que busca evitar pérdidas. No obstante, muchos tomadores de decisión aún se sienten más cómodos viendo un registro formal de riesgos con responsables (al estilo PMI) que confiando en que “el equipo los irá resolviendo sprint a sprint”. La conciliación ha venido al combinar prácticas: por ejemplo, algunos proyectos ágiles en banca mantienen un matriz de riesgos formal que se revisa mensualmente, aunque trabajen en Scrum diario.
  • Calidad y cambios: En enfoques tradicionales costarricenses, una vez aprobado el alcance, los cambios pasan por un comité formal (lo que desalienta solicitudes de cambio del usuario por engorroso). En ágiles, se espera y acepta el cambio, ajustando el backlog. Esto ha tenido un impacto cultural: antes el cliente debía “adivinar” todos los requerimientos al inicio; ahora se le dice que formará parte activa y podrá redirigir el producto en desarrollo. Esta diferencia ha sido bien recibida en proyectos TI del sector privado – por ejemplo, usuarios de áreas de negocio en empresas de retail han elogiado poder priorizar características en cada iteración, sintiendo el sistema “más suyo”. En cambio, en entornos gubernamentales, a los usuarios finales inicialmente les costaba creer que podían pedir cambios sin implicaciones de costo cada vez; poco a poco, con capacitación, van entendiendo el modelo. La comparación revela que en el ámbito nacional, el enfoque ágil mejora la satisfacción del usuario pero requiere educarlo en su rol activo; mientras que el enfoque predictivo reduce la participación del usuario tras la fase inicial, lo que puede resultar en soluciones menos ajustadas a la necesidad real.
  • Velocidad vs. predictibilidad: Un gerente de proyecto tradicional en Costa Rica probablemente pregunte: “¿Cuándo estará terminado el proyecto y cuánto costará?”, esperando una respuesta definida; un equipo ágil responderá: “¿Qué característica le agrega más valor? La tendremos en dos semanas, y luego continuamos con la siguiente…”. Esta contraposición entre predictibilidad total (aunque sea teórica) y entrega rápida incremental es el eje del debate. En el país se está aprendiendo que agile no significa ausencia de planificación, sino distinta forma de planificar. De hecho, muchas organizaciones ágiles realizan roadmaps a 3-6 meses – con hitos aproximados – para dar comodidad a la gerencia, pero evitan detallar todo al inicio para no comprometer la adaptabilidad. El éxito comparativo depende del entorno: proyectos con alta incertidumbre (p.ej., desarrollar una solución innovadora de IA) han fracasado bajo waterfall debido a cambios drásticos no previstos, mientras que proyectos bien definidos (p.ej., implementar un ERP en una empresa mediana) pueden ejecutarse eficientemente con cascada. Hoy se reconoce que no hay un ganador absoluto; lo importante es alinear la metodología con la naturaleza del proyecto. Costa Rica, siendo un país pequeño, pero con sectores diversos, ofrece ejemplos donde ambos enfoques conviven.

En síntesis, el enfoque predictivo sigue reinando en áreas donde la formalidad, cumplimiento regulatorio y gestión financiera rígida son cruciales, mientras el enfoque ágil domina en entornos de innovación tecnológica y desarrollo de software. La tendencia es hacia un equilibrio informado: los profesionales de proyectos en el país se están volviendo políglotas metodológicos, entendiendo cuándo aplicar uno, otro o mezclarlos, en función de lograr los objetivos con eficacia.

Rol de la formación, certificaciones y profesionalización

La evolución en la gestión de proyectos en Costa Rica ha venido acompañada de una creciente profesionalización en el área. La formación académica y las certificaciones internacionales juegan un rol clave en preparar a los gestores de proyecto para enfrentar los desafíos actuales:

  • Certificación PMP® y otras de PMI: Obtener la credencial Project Management Professional (PMP) del PMI se ha convertido en un estándar de calidad para gerentes de proyecto tradicionales en el país. Como se mencionó, existen más de 1.400 PMPs costarricenses registrados (Tounsi, 2023), una cifra notable que ha ido en aumento constante. Esta masa crítica de profesionales certificados ha elevado el nivel de conocimiento de metodologías, vocabulario común y ética en la dirección de proyectos. Muchas organizaciones –especialmente en banca, tecnología y sector público– prefieren o requieren PMPs para puestos de jefatura de proyectos, asociando la certificación con mayor probabilidad de éxito. Adicionalmente, PMI Costa Rica Chapter ofrece actividades de desarrollo profesional (charlas, congresos, PMTour) y ha impulsado iniciativas como la “Campaña de los 1000 PMPs” para fomentar más certificaciones en el país. Junto con PMP, otras certificaciones PMI están cobrando relevancia localmente: PMI-ACP (Agile Certified Practitioner), orientada a metodologías ágiles, empieza a ser buscada por quienes quieren validar sus conocimientos ágiles formalmente; también CAPM para profesionales jóvenes. Esta diversificación indica que la comunidad de proyectos en CR valora un abanico de habilidades.
  • Certificaciones ágiles (Scrum Master, Product Owner, etc.): En paralelo al dominio PMI, ha surgido un boom de certificaciones ágiles. Cursos preparatorios y exámenes para certificarse como Scrum Master o Scrum Product Owner (a través de Scrum Alliance, Scrum.org u otros entes) se ofrecen regularmente en el país, tanto por entes de formación continua universitarios como por empresas consultoras. Por ejemplo, el Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas ha impartido una certificación internacional en Gestión de Proyectos Ágiles con Scrum Master, y universidades como Fidélitas, Cenfotec y Ulacit incluyen preparación para certificaciones Scrum en sus programas (Jiménez, 2019). Cada vez es más común ver en perfiles de LinkedIn de profesionales de TI locales siglas como CSM, PSM, CSPO, etc. Las empresas reconocen el valor de estas credenciales ágiles cuando arman sus equipos, aunque ponen más peso en la experiencia práctica. También ha crecido el interés en otras certificaciones relacionadas: SAFe Agilist (para escalado ágil) en organizaciones grandes, ITIL/DevOps para gestión de servicios de TI en entornos ágiles, y certificaciones Lean Six Sigma en industrias donde la mejora de procesos es crucial.
  • Programas de posgrado y educación continua: Las universidades nacionales han respondido a la demanda formando profesionales con posgrados en Gerencia de Proyectos. El Máster en Administración de Proyectos del TEC, de la UCI y de la Universidad Nacional (UNA) son altamente solicitados. Estos programas usualmente incorporan en su malla tanto la gestión tradicional (alineada con PMBOK®) como módulos de metodologías ágiles, reconociendo la necesidad de formación integral. Por ejemplo, la Maestría del TEC tiene cursos de metodologías ágiles y liderazgo adaptativo junto a los de alcance, cronograma y costo. En el ámbito público, el INAP (Instituto Nacional de Administración Pública) ha ofrecido cursos para funcionarios en formulación de proyectos bajo enfoques modernos. La inversión en capital humano es notoria: muchas empresas costarricenses patrocinan la certificación y estudios de sus colaboradores, sabiendo que un equipo bien formado puede manejar proyectos complejos con menos riesgo. Como resultado, la brecha de conocimiento se reduce; hoy es factible armar un equipo multidisciplinario en Costa Rica donde convivan PMP®s con Scrum Masters, y que todos entiendan los términos de uno y otro enfoque.
  • Comunidades y eventos profesionales: Además de la educación formal, las comunidades de práctica han impulsado la actualización profesional. El PMI Capítulo Costa Rica organiza un congreso anual de dirección de proyectos, donde se discuten casos locales y tendencias mundiales. Asimismo, la comunidad Agile Costa Rica (informal, integrada por entusiastas y profesionales) ha realizado eventos como la conferencia nacional ágil, talleres y meetups, permitiendo compartir lecciones aprendidas en implementaciones reales de metodologías ágiles en empresas ticas. Estas redes sirven para mentoría y difusión de nuevas ideas. Por ejemplo, en un meetup de Agile CR se presentaron experiencias de adopción de Scrum en el ICE y en la Municipalidad de San José, lo que ayuda a otros a aprender y evita repetir errores. En el ámbito académico, universidades como la UCR y la UNA han publicado investigaciones en revistas y capítulos de libros sobre metodologías de proyectos (comparando enfoques, aplicándolos a nuevas áreas como sostenibilidad, etc.), aportando al cuerpo de conocimiento local. Todo esto genera un círculo virtuoso: a mayor formación y comunidad, más proyectos bien gestionados; y esos casos de éxito alimentan el interés por seguir profesionalizándose.

En conclusión, Costa Rica transita por una etapa de madurez creciente en la gestión de proyectos. Las principales metodologías –Scrum, PMI/PMBOK®, Kanban, Waterfall, Lean, Cadena Crítica, híbridas– se conocen y aplican en diversos grados, con adaptaciones a la realidad local. Los casos en instituciones públicas, empresas privadas y academia muestran que no hay una única metodología “ganadora”, sino la importancia de saber elegir y combinar herramientas según el contexto. Cada enfoque tiene pros y contras que, al entenderlos, se pueden mitigar: por ejemplo, usando híbridos para lograr control y agilidad, o enfocándose en el cambio cultural al introducir Scrum en una organización tradicional. Las tendencias indican una mayor agilidad y experimentación, pero también la necesidad de estructurar adecuadamente esos esfuerzos. El equilibrio entre enfoques predictivos y ágiles en el país seguirá ajustándose en los próximos años, impulsado por los éxitos y aprendizajes de proyectos digitales en curso. Finalmente, el fortalecimiento del talento humano mediante certificaciones y educación continua asegura que Costa Rica cuente con profesionales capaces de liderar proyectos complejos con estándares internacionales, adaptando las mejores metodologías al pura vida estilo de trabajo costarricense: colaborativo, ingenioso y orientado a resultados.

Autor: Alonso Solano Segura 

Referencias

  • Campos Villalobos, K. R. (2023). Propuesta para implementar el pensamiento ágil en la gestión de la cooperación internacional en Correos de Costa Rica S. A. [Proyecto de graduación, Licenciatura en Relaciones Internacionales]. Universidad Nacional, Costa Rica. Repositorio UNA. URL: https://(Jiménez, 2019)/handle/11056/26430
  • Jiménez Marín, M. A. (2019). Gestión de Proyectos con Metodologías Ágiles en Costa Rica. SCRUM: Un Caso de Estudio [Tesis de Maestría, Universidad Nacional]. Repositorio UNA. URL: https://(Jiménez, 2019)/handle/11056/17432
  • MIDEPLAN. (2018, 25 de enero). Instituciones costarricenses compartieron experiencias en la gerencia de proyectos. Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica. URL: https://www.(MIDEPLAN, 2018)/node/1402
  • Novacomp. (2020). Where is agility taking us and why is Scrum declared the most used framework [Entrada de blog]. Novacomp – Blog. URL: https://www.crnova.com/en-us/blog/scrum-agile-methodology
  • Project Management Institute. (2017). Guía de los Fundamentos para la Dirección de Proyectos (PMBOK® Guide) 6ta ed. Project Management Institute, Inc.
  • Sánchez Sáenz, E. R. (2023). Diseño de una metodología de gestión de proyectos utilizando las buenas prácticas del PMBOK para el Departamento de Tecnologías de la Información de Mercado de Valores de Costa Rica [Tesis de Maestría, Universidad para la Cooperación Internacional]. Repositorio UCI. URL: https://(Sanchez, 2023)/biblioteca/items/show/1234
  • Tai, L. J., & Sánchez, Ó. J. (2020). Empresas Ágiles en Costa Rica [Ponencia, Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología]. Scribd. URL: https://www.(Tai, L. J., & Sánchez, 2020)/document/664289704/Empresas-Agiles-en-Costa-Rica-Jody-Tai-Oscar-Sanchez
  • Tounsi, Y. (2023). Number of PMP Holders by Country [Blog]. YassineTounsi.com. URL: https://yassinetounsi.com/number-of-pmp-holders-by-country/
  • Tecnológico de Costa Rica – TEC. (2025). Gestión ágil de proyectos con el marco de trabajo SCRUM [Descripción de curso de Educación Continua]. TEC, Costa Rica. URL: https://www.tec.ac.cr/gestion-agil-proyectos-marco-trabajo-scrum
  • Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD. (2025). Gestión de proyectos con metodologías ágiles [Infografía]. PNUD México, 5 de mayo de 2025. URL: https://www.undp.org/es/mexico/publicaciones/gestion-de-proyectos-con-metodologias-agiles
  • Asana (Martins, J.). (2022, 10 de octubre). ¿Qué es la metodología Kanban y cómo funciona? Asana Blog. URL: https://asana.com/es/resources/what-is-kanban
  • OBS Business School. (s.f.). Cadena crítica: Método para gestionar los proyectos con mayor rapidez. OBS Business School (Blog). URL: https://www.obsbusiness.school/blog/cadena-critica-metodo-para-gestionar-los-proyectos-con-mayor-rapidez

Project Management Methodologies in Costa Rica: Agile and Traditional Applications in the IT Sector

Abstract:
This research provides an in-depth analysis of the most widely used project management methodologies in Costa Rica, with a focus on their application in information technology (IT) and software development projects. It examines traditional approaches such as PMBOK® and Waterfall, alongside agile frameworks like Scrum, Kanban, and Lean, as well as hybrid models and Critical Chain Project Management (CCPM). Through case studies involving public institutions (e.g., MIDEPLAN, ICE, and Correos de Costa Rica), universities, and private companies, the study explores the local advantages, challenges, and adaptations of each methodology. Findings reveal a growing trend toward methodological hybridization, agile scaling, and professionalization through certifications like PMP® and Scrum Master. The research concludes that Costa Rica’s project environments demand flexible approaches that balance formal planning with iterative value delivery, particularly in an increasingly digital landscape.

 

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