Hallazgos en la educación digital y a distancia: modelos emergentes y la dimensión humana en la universidad
La educación abierta, a distancia y digital (ODDE) ha dejado de ser un modelo marginal para convertirse en un componente estructural de los sistemas educativos a nivel mundial. La pandemia de la COVID-19 aceleró su expansión y normalización, visibilizando tanto su potencial como sus carencias. En este contexto, el Handbook of Open, Distance and Digital Education (Zawacki-Richter & Jung, 2023) reúne aportes de investigadores de más de 20 países y sintetiza la evolución, los desafíos y las oportunidades del campo.Uno de los aportes más relevantes del manual es la identificación de hallazgos y modelos disruptivos que están transformando la manera en que entendemos la educación digital. Este artículo explora siete de estos descubrimientos clave, que no solo redefinen la práctica educativa, sino también sus marcos teóricos, institucionales y éticos.
El marco 3M (Macro, Meso y Micro)
Fue propuesto inicialmente por Zawacki-Richter (2009) y luego ampliado en 2014 como un modelo para categorizar la teoría, investigación y práctica en educación abierta y digital. El handbook lo adopta para estructurar todo su contenido, ofreciendo una visión integral y sistémica del ODDE, que evita el análisis fragmentado y permite comprender cómo los distintos niveles de la educación se interrelacionan.
1. Macro (sistemas, teorías y métodos)
- Corresponde a la dimensión de políticas nacionales, regionales y globales, además de los marcos teóricos que sustentan el ODDE.
- Ejemplos: el papel de los gobiernos en garantizar equidad digital, teorías del aprendizaje a distancia, y análisis de tendencias como la educación transnacional o los MOOCs.
- Busca responder: ¿Cómo se organiza y regula el ecosistema educativo digital en el mundo?
2. Meso (instituciones, gestión y organización)
- Se enfoca en las universidades, centros educativos y organismos que implementan programas digitales.
- Incluye gestión del cambio, liderazgo, aseguramiento de calidad, financiamiento, innovación organizacional y políticas internas.
- Ejemplo: cómo una universidad adopta credenciales digitales o ajusta sus sistemas de soporte para estudiantes.
- Pregunta clave: ¿Cómo se adaptan y transforman las instituciones para sostener la educación digital de calidad?
3. Micro (enseñanza y aprendizaje)
- Es el nivel de la interacción entre docentes y estudiantes: metodologías, evaluación, tutorías, experiencias de aprendizaje, analítica del aprendizaje y uso de tecnologías en el aula virtual.
- Abarca las prácticas pedagógicas, el diseño instruccional y la experiencia de los estudiantes en entornos digitales.
- Pregunta clave: ¿Cómo se enseña y aprende efectivamente en contextos digitales?
Internacionalización virtual en la educación digital
La internacionalización en la educación superior ha estado tradicionalmente asociada a la movilidad física de estudiantes y docentes. Durante décadas, los programas de intercambio, las pasantías internacionales y las dobles titulaciones presenciales fueron los principales vehículos para generar experiencias académicas globales. Sin embargo, este modelo se ha caracterizado por su alto costo económico, por las limitaciones impuestas por fronteras geopolíticas y, más recientemente, por las restricciones derivadas de la pandemia de COVID-19. Estos factores pusieron en evidencia la necesidad de repensar la internacionalización desde una perspectiva más inclusiva, flexible y sostenible.
En este contexto, el Handbook of Open, Distance and Digital Education introduce y desarrolla el concepto de internacionalización virtual, entendido como la creación de experiencias de intercambio intercultural y académico en entornos digitales, sin necesidad de movilidad física. Lejos de ser una alternativa menor, esta modalidad abre la posibilidad de participar en actividades internacionales a estudiantes que antes quedaban excluidos por limitaciones financieras o logísticas.
La internacionalización virtual se materializa de distintas formas. Una de ellas son los programas conjuntos en línea, que permiten a estudiantes matricularse en cursos o microcredenciales ofrecidos de manera colaborativa por universidades de diferentes países. Otra manifestación son los proyectos académicos internacionales en entornos digitales, donde grupos de estudiantes y profesores trabajan de forma colaborativa en problemas, investigaciones o tareas comunes, trascendiendo fronteras geográficas. También destacan los MOOCs globales, cursos masivos abiertos en línea que congregan a participantes de contextos culturales y lingüísticos diversos, así como los intercambios virtuales, diseñados específicamente para fomentar la interacción entre comunidades estudiantiles internacionales mediante plataformas digitales.
Se describen varios beneficios de este fenómeno. En primer lugar, la internacionalización virtual democratiza el acceso a experiencias académicas globales, puesto que elimina barreras económicas y de movilidad que históricamente restringían estas oportunidades a élites educativas. En segundo lugar, permite una mayor inclusión cultural y lingüística, fomentando el contacto entre estudiantes de contextos muy distintos. No obstante, también se reconoce el reto de evitar la homogeneización cultural, especialmente la hegemonía del inglés como lengua dominante en la educación digital.
Credenciales digitales y microcredenciales
La evolución hacia credenciales digitales y microcredenciales cuestiona la hegemonía de los títulos largos y rígidos. Estas nuevas formas de certificación permiten a los estudiantes:
- Acumular aprendizajes en unidades más pequeñas.
- Obtener certificaciones verificables mediante blockchain.
- Responder de forma ágil a las demandas del mercado laboral.
Este hallazgo es disruptivo porque descentraliza la autoridad de las universidades tradicionales y plantea un ecosistema educativo más flexible, modular y global.
Nuevos paradigmas pedagógicos en la educación digital
Uno de los aportes más sugerentes del Handbook of Open, Distance and Digital Education es el reconocimiento de que la digitalización no solo transforma las herramientas, sino que también impulsa nuevos paradigmas pedagógicos. Estos paradigmas cuestionan los modelos tradicionales, centrados en la transmisión unidireccional de contenidos, y los reemplazan por concepciones más abiertas, flexibles y colaborativas del aprendizaje.
Entre las teorías emergentes que el manual destaca, sobresale el conectivismo, formulado por George Siemens y Stephen Downes, que entiende el aprendizaje como un proceso de conexión y participación en redes distribuidas de conocimiento. A diferencia de los modelos previos —basados en la idea de que aprender significa internalizar información—, el conectivismo plantea que en un mundo digital lo crucial es saber cómo establecer conexiones significativas, cómo navegar entre fuentes diversas y cómo integrar la inteligencia colectiva en procesos de aprendizaje continuo.
Este enfoque se refleja en prácticas como los MOOCs de tipo conectivista, donde el valor no está solo en los contenidos que se ofrecen, sino en las interacciones entre los participantes que, desde diferentes contextos, aportan experiencias, preguntas y perspectivas. De este modo, el estudiante deja de ser un receptor pasivo y se convierte en un nodo activo de una red de aprendizaje global.
Otro paradigma que cobra fuerza es el de la pedagogía abierta, que promueve la reutilización, adaptación y creación de recursos educativos abiertos (REA). En lugar de concebir el conocimiento como propiedad cerrada de instituciones o docentes, este enfoque apuesta por la co-construcción y el acceso libre, fortaleciendo la idea de que aprender es un proceso colectivo y compartido.
El manual también destaca el impacto de enfoques como el aprendizaje basado en problemas (ABP) y el aprendizaje colaborativo apoyado por computadora (CSCL), que encuentran en los entornos digitales nuevas posibilidades de diseño e implementación. Estas metodologías ya no dependen de la presencialidad física para fomentar el trabajo en grupo, sino que se expanden mediante plataformas, foros, wikis y herramientas de colaboración en línea.
La disrupción de estos nuevos paradigmas radica en que transforman radicalmente el rol de docentes y estudiantes. Los profesores se convierten en diseñadores de experiencias de aprendizaje y facilitadores de procesos colectivos, mientras que los estudiantes asumen mayor autonomía y responsabilidad en la gestión de su aprendizaje. Se rompe, así, con la lógica jerárquica del aula tradicional y se da paso a ecosistemas distribuidos, interactivos y abiertos.
Equidad digital y educación sin fronteras: oportunidades y tensiones en el ODDE
El Handbook of Open, Distance and Digital Education reconoce que uno de los cambios más disruptivos de la educación digital es su capacidad de trascender fronteras nacionales y consolidar un mercado global del conocimiento. Las universidades pueden hoy ofrecer programas a estudiantes de cualquier parte del mundo, y los alumnos, a su vez, tienen acceso a cursos y titulaciones sin necesidad de desplazarse físicamente. Este fenómeno, conocido como educación sin fronteras, convierte a la educación digital en un espacio verdaderamente transnacional y abre un abanico de posibilidades para ampliar el acceso, diversificar la oferta y fomentar la internacionalización académica.
Sin embargo, junto a estas oportunidades surge un desafío crucial: la equidad digital. No todos los países, ni todos los grupos sociales dentro de un mismo país, cuentan con la infraestructura tecnológica, la conectividad, los dispositivos o las competencias necesarias para participar de manera plena en este nuevo ecosistema. El manual enfatiza que el acceso desigual a internet, el predominio del inglés como lengua de enseñanza y la brecha de habilidades digitales pueden convertirse en barreras estructurales que perpetúen desigualdades educativas en lugar de reducirlas.
La combinación de equidad digital y educación sin fronteras, por lo tanto, plantea una tensión central: mientras que el ODDE ofrece la promesa de una educación global inclusiva, también corre el riesgo de convertirse en un espacio de exclusión y mercantilización. Algunos países con sistemas universitarios fuertes han transformado sus programas en línea en fuentes de ingresos millonarios, atrayendo estudiantes internacionales, pero al mismo tiempo acentuando la dependencia de los países del Sur Global respecto a la oferta académica del Norte. Esto plantea preguntas sobre soberanía educativa, diversidad cultural y justicia social.
En este escenario, el manual propone un cambio de paradigma: la equidad digital no puede ser vista como un valor opcional, sino como un criterio de calidad de la educación digital. Garantizar acceso, inclusión cultural y justicia en la distribución del conocimiento es tan importante como asegurar la eficiencia o la innovación tecnológica. La educación sin fronteras, para ser verdaderamente transformadora, debe ir de la mano de políticas de equidad que contemplen la diversidad lingüística, la accesibilidad, la formación en competencias digitales y el diseño de programas sensibles a los contextos locales.
La dimensión humana en la educación a distancia: el riesgo de la deshumanización
A pesar de los avances y hallazgos identificados en el Handbook of Open, Distance and Digital Education, no se puede ignorar la dimensión humana de la educación, que con frecuencia pasa desapercibida en los entornos a distancia.
En muchos casos, la interacción se reduce a correos electrónicos, números de carné, nombres en foros o calificaciones automáticas, perdiéndose de vista que detrás de cada usuario existe una persona, un estudiante que constituye la verdadera razón de ser de las universidades. Esta situación genera un fenómeno de deshumanización, donde el proceso educativo se limita a aprobar o reprobar sin un seguimiento real a las necesidades académicas, emocionales o sociales de los estudiantes.
En la educación presencial es común que un docente se acerque y pregunte: “¿Por qué bajaron tus notas?, ¿tienes algún problema personal?, ¿no entiendes un tema?, ¿tu grupo de trabajo no te está apoyando?”. En cambio, en la educación digital estas preguntas casi nunca se plantean, y el estudiante queda reducido a datos y resultados.
Este es uno de los puntos débiles del ODDE frente a la educación presencial sincrónica: la pérdida de cercanía y acompañamiento humano. Lejos de aceptar esta limitación como inevitable, es necesario aprovechar las herramientas digitales para humanizar la experiencia educativa:
- Espacios de retroalimentación personalizada.
- Tutorías de acompañamiento académico y emocional.
- Uso de analítica de aprendizaje no solo para detectar rendimiento, sino también para generar alertas de apoyo.
- Estrategias de comunidad virtual que fomenten la solidaridad y el sentido de pertenencia.
De esta forma, la educación digital no debe ser un sinónimo de frialdad tecnológica, sino una oportunidad para reafirmar los valores humanos en la formación universitaria.
Conclusión general
Los hallazgos presentados en el Handbook of Open, Distance and Digital Education permiten comprender que el ODDE no es únicamente un conjunto de herramientas digitales aplicadas a la enseñanza, sino un ecosistema en transformación profunda que afecta la teoría, la práctica y la gestión educativa en todos sus niveles. El marco 3M ofrece la estructura necesaria para analizar estas transformaciones desde las políticas globales, las instituciones y las experiencias individuales, mientras que la incorporación de inteligencia artificial y tutores multimodales redefine los roles de docentes y estudiantes. La internacionalización virtual amplía horizontes, democratizando el acceso a experiencias globales que antes estaban reservadas a pocos, y las credenciales digitales cuestionan la rigidez de los títulos tradicionales, dando paso a trayectorias más flexibles y adaptables.
Del mismo modo, los nuevos paradigmas pedagógicos —como el conectivismo y la pedagogía abierta— plantean un modelo de aprendizaje basado en redes, colaboración y co-creación, desafiando la lógica de la transmisión unidireccional. Al mismo tiempo, la tensión entre equidad digital y educación sin fronteras refleja el gran dilema del campo: el potencial democratizador del ODDE frente al riesgo de convertirse en un mecanismo de exclusión o mercantilización global.
Sin embargo, más allá de estas innovaciones disruptivas, es necesario recordar que la educación, incluso en su versión digital, no puede perder su dimensión humana. En la práctica cotidiana, los estudiantes muchas veces se reducen a números de carné, direcciones de correo o nombres en un foro, lo que puede derivar en procesos despersonalizados y carentes de acompañamiento real. La transformación digital no debe implicar la deshumanización de la enseñanza, sino todo lo contrario: debe aprovechar las tecnologías para generar mayores espacios de cercanía, seguimiento y acompañamiento integral. Preguntas sencillas como “¿qué está pasando con tu desempeño?, ¿necesitas apoyo?, ¿hay factores personales que afectan tu aprendizaje?” son gestos fundamentales que, aunque más habituales en la presencialidad, pueden y deben replicarse en el ámbito digital mediante tutorías, alertas tempranas, mentorías y comunidades virtuales de apoyo.
En definitiva, los hallazgos del Handbook y la reflexión sobre la dimensión humana convergen en una idea central: el ODDE es, al mismo tiempo, un campo de innovación tecnológica y un espacio de compromiso humano. El reto de las universidades no es solo integrar inteligencias artificiales, credenciales digitales o modelos pedagógicos en red, sino hacerlo sin perder de vista que el centro de todo proceso educativo sigue siendo la persona que aprende. Solo así la educación digital podrá cumplir su promesa de ser inclusiva, transformadora y verdaderamente humana en el siglo XXI.
Referencias
Zawacki-Richter, O., & Jung, I. (Eds.). (2023). Handbook of open, distance and digital education. Springer.
Siemens, G. (2005). Connectivism: A learning theory for the digital age. International Journal of Instructional Technology and Distance Learning, 2(1), 3–10.
Downes, S. (2008). An introduction to connective knowledge. In T. Hug (Ed.), Media, knowledge & education: Exploring new spaces, relations and dynamics in digital media ecologies (pp. 77–102). Innsbruck University Press.
UNESCO. (2021). Reimagining our futures together: A new social contract for education. UNESCO.
Weller, M. (2014). The battle for open: How openness won and why it doesn’t feel like victory. Ubiquity Press.
Findings in Digital and Distance Education: Emerging Models and the Human Dimension
Abstract
The Handbook of Open, Distance and Digital Education highlights disruptive findings that are reshaping digital and distance education worldwide. The 3M framework (macro, meso, micro) offers a systemic lens linking policies, institutions, and learning practices. Artificial intelligence and multimodal tutors are redefining teaching roles, while virtual internationalization broadens access to global experiences beyond physical mobility. Digital credentials and micro-credentials challenge rigid degree structures, and new pedagogical paradigms such as connectivism and open pedagogy emphasize collaborative and networked knowledge creation. Meanwhile, the interplay of digital equity and borderless education exposes both opportunities for inclusion and risks of exclusion or commodification. Beyond these innovations lies a crucial reminder: digital education must preserve its human dimension. Students are not merely data or names in online systems; they are the core purpose of universities. Ensuring empathy, personalized support, and meaningful interaction in virtual environments is essential to prevent dehumanization and to fulfill the transformative promise of digital education in the 21st century.


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